Arbelaitz es un cocinero que controla directamente todos los procesos que se producen en su cocina: él es el epicentro del terremoto diario. La suya es una vieja lucha entre la mano y el fuego. Entre los cinco cocineros de la serie es, quizás, el que mayor relación guarda con la memoria y la tradición de la cocina vasca. Aún así, Arbelaitz habla de su constante necesidad de renovación y a través de él entendemos la inspiración y el trabajo que se requieren en cada nuevo plato que sale a la mesa.
La creación solo tiene un objetivo para él: superar lo conocido. Si no, para qué sirve lo nuevo?
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